viernes, 4 de marzo de 2011

Sobre el infinito Universo y los mundos


La historia ha estado minada de enormes pensadores, cuyas ideas revolucionarias hubieran cambiado y adelantado la ciencia y el conocimiento en general cientos (por no decir miles) de años, si sus voces no hubiesen sido calladas por la ignorancia mística o la indiferencia ocacional.

Para mi, el más contundente pensador de todos ha sido Giordano Bruno (1548 – 1600).

Giordano Bruno (1548 - 1600)

Posterior a Copernico y entusiasta incondicional de las nuevas ideas, Giordano Bruno será el encargado de difundir una nueva doctrina, absolutamente clara y racional.



Con Copernico se demuestra que la Tierra ya no es más el centro del Universo y Bruno va más allá todavía y propone que nuestro sistema solar no es más que uno entre los innumerables que pueblan el infinito Universo. En su visión de la "pluralidad de mundos habitados" (asi lo menciona en "Sobre el infinito Universo y los mundos", 1584), las estrellas serían soles como el nuestro, rodeados por planetas que quizás albergasen la vida de hombres como nosotros.

En su libro, Bruno, hace que varios personajes analicen y discutan la astronomía enseñada en su época.

Elpino, (uno de los personajes), dice:



"..la nada más allá de la esfera de las estrellas fijas, es más difícil de imaginar que un universo infinito o inmenso [...]. Hay entonces un sinnúmero de soles, y un número infinito de tierras giran alrededor e éstos, como las siete que podemos observar lo hacen alrededor de este Sol cercano a nosotros".



Este relato se da en ¡1584!.

Bruno refuta no sólo el geocentrismo y hasta el heliocentrismo, sino que hace incluso añicos con el antropocentrismo, al decretar que la vida no es privilegio de la humanidad. Coherente con esto, Bruno fue uno de los primeros en gritar fuerte y claro que, para él, el hombre blanco no era más valioso que aquellos de otras razas. De igual manera, la religión cristiana no era para Bruno sino una de las posibles vías (y no la única) de aproximarse a Dios.

Sus ideas iban en clara oposición con la doctrina de la iglesia; en particular, los “infinitos mundos” de Bruno chocaban frontalmente con el dogma de la Creación única y del hombre como fin último de esta Creación, base de las Sagradas Escrituras.



Capturado por la Inquisición el 8 de febrero de 1600, de rodillas, escucha su sentencia: será “castigado sin derramar sangre”, en otras palabras, morirá ardiendo en la hoguera.



“Vosotros tenéis ciertamente más miedo en pronunciar esta sentencia que yo en escucharla”.



Demian.